El balance energético se refiere al equilibrio entre la energía que
consumimos a través de los alimentos y la energía gastada durante el
día. Tradicionalmente ha sido expresado mediante la siguiente ecuación:
La ecuación anterior conocida como ecuación estática, responde a la
Primera Ley de la Termodinámica o Ley de la Conservación de la Energía: “La energía no se crea ni se destruye solo se transforma”. En otras palabras “Aunque
la energía tome muchas formas, la cantidad total de energía es
constante y cuando la energía desaparece en una forma, aparece
simultáneamente en otras formas.”
Equilibrio energético: Si la ingesta y el gasto de
energía son iguales, se mantiene el equilibrio en cuanto al depósito
calórico representado por el peso corporal.
- Balance energético positivo: Cuando la ingesta de energía es mayor que su gasto, se traduce en un aumento de peso debido al aumento del tejido adiposo.
- Balance energético negativo: Cuando la ingesta de energía es menor que su gasto, se produce una disminución del peso corporal.
La ecuación estática del balance de energía nos permite entender en
términos generales la influencia de la ingesta de alimento y el gasto de
energía en la variación del peso. Sin embargo, en ciertas situaciones
las predicciones de cuánto peso puede perder o ganar una persona
dependiendo de una disminución o incremento de las calorías ingeridas
respectivamente, parecen entrar en contradicción con las leyes
termodinámicas. Sin embargo, debe entenderse que los seres vivos son
organismos muy complejos y que existen otros factores que afectan los
componentes del balance energético tales como la influencia genética, el
tipo de dieta, hábitos alimenticios, condiciones ambientales y estilo
de vida.
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