El sedentarismo es la falta de actividad física regular, definida
como: “menos de 30 minutos diarios de ejercicio regular y menos de 3
días a la semana”. La conducta sedentaria es propia de la manera de
vivir, consumir y trabajar en las sociedades avanzadas. Sin embargo, la
inactividad física no es simplemente el resultado del modo de vida
elegido por una persona: la falta de acceso a espacios abiertos seguros,
a instalaciones deportivas y a terrenos de juegos escolares; así como
los escasos conocimientos sobre los beneficios de la actividad física y
la insuficiencia de presupuestos para promover la actividad física y
educar al ciudadano puede hacer difícil, si no imposible, empezar a
moverse.
Se considera que una persona es sedentaria cuando su gasto semanal
en actividad física no supera las 2000 calorías. También lo es aquella
que sólo efectúa una actividad semanal de forma no repetitiva por lo
cual las estructuras y funciones de nuestro organismo no se ejercitan y
estimulan al menos cada dos días, como requieren.
Se entiende por actividad física cualquier movimiento corporal
producido por los músculos esqueléticos. El ejercicio físico es una
actividad planificada, estructurada y repetitiva que tiene como objetivo
mejorar o mantener los componentes de la forma física.
Está comprobado que los estilos de vida sedentarios constituyen una de
las 10 causas fundamentales de mortalidad, morbilidad y discapacidad;
constituyendo el segundo factor de riesgo más importante de una mala
salud, después del tabaquismo. El sedentarismo duplica el riesgo de
enfermedad cardiovascular, de diabetes tipo II y de obesidad; asimismo,
aumenta la posibilidad de sufrir hipertensión arterial, osteoporosis,
cáncer de mama y colon, entre otros.
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